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jueves, 29 de septiembre de 2016

El sentido del humor

“Yo no soy irlandés. Nací en Cambridge, y creo que sigo siendo muy inglés. La gente suele decir que los ingleses han desarrollado sus cualidades de sangre fría y de reserva, y también una manera de enfrentarse con humor a los acontecimientos de la vida, incluidos los más trágicos. Es bastante cierto, y una completa estupidez por su parte. El humor no nos salva; no sirve prácticamente para nada. Uno puede enfrentarse a los acontecimientos de la vida con humor durante años, a veces muchos años, y en algunos casos puede mantener una actitud humorística casi hasta el final; pero la vida siempre nos rompe el corazón. Por mucho valor, sangre fría y humor que uno acumule a lo largo de su vida, siempre acaba con el corazón destrozado. Y entonces uno deja de reírse. A fin de cuentas, ya sólo quedan la soledad, el frío y el silencio. A fin de cuentas, sólo queda la muerte.”

Las partículas elementales, de Michel Houellebecq.


sábado, 17 de septiembre de 2016

Buena literatura vs mala literatura

“Para escribir bien es esencial leer buena literatura. Por eso vuelvo siempre a los clásicos: aguantan el paso del tiempo. Leer mala literatura es como comer comida basura”.  

Elizabeth Strout


jueves, 15 de septiembre de 2016

Hyperion

“El verbo leer, como el verbo amor y el verbo soñar, no soporta el modo imperativo. Yo siempre aconsejé a mis estudiantes que si un libro les aburre lo dejen. Que no lo lean porque es famoso o porque es moderno o porque es antiguo. La lectura debe ser una de las formas de la felicidad y no se puede obligar a nadie a ser feliz.” (Jorge Luis Borges)

En mi humilde opinión, Borges tiene toda la razón del mundo…siempre y cuando no tengamos en cuenta que hay veces que hemos tenido que leer un libro por obligación. Qué más me hubiera gustado a mí, en mi época de instituto, no tener que leerme algunos ladrillos que no había ni por dónde coger. Pero, o leía el libro y hacía los comentarios pertinentes, o me caía la asignatura de Literatura para septiembre.

A estas alturas de la vida, esos tiempos ya quedaron atrás y ahora puedo elegir qué leer y qué no. Y me tomo la licencia, faltaría más, de abandonar un libro si a las pocas páginas no me ha enganchado. Que tampoco es plan de sufrir así sin más.

Sin embargo, esto no quiere decir que no me atreva a leer géneros hacia los que siempre he sentido cierta reticencia. Me refiero a la ciencia-ficción. Pero esto ya cambió.

Hace pocas semanas acabé de leer Hyperion, de Dan Simmons.

Tengo que reconocer que al principio me costó un poco ubicarme. Quizás fuera por ese prejuicio que siempre le he tenido a este género, o porque había términos que me descolocaban porque nunca los había escuchado (lógico, si eran palabras inventadas). En cualquier caso, esto no afectó para la comprensión del texto y poco más me costó meterme de lleno en todas las aventuras de los personajes. No voy a explayarme hablando de la Hegemonía del Hombre, ni la Red de Mundos ni los éxters porque para eso hay que leerse el libro, que está muy bien.

Pero vamos, en un resumen muy resumido, en Hyperion, siete peregrinos se dirigen al encuentro del Alcaudón, que es una criatura enorme, con cuatro brazos, y agujas y cuchillos por todos lados. Como una imagen vale más que mil palabras, aquí va. Un poco de miedito sí que da, sí.

                                                    The Lord and the Colonel© Alex Ries 2013

El Alcaudón, relacionado con la muerte y el dolor, ha estado desaparecido durante unos siglos. Ahora parece que ha reaparecido y se ha organizado una peregrinación donde los elegidos descubren, al contar sus respectivas historias, que su designación se ha debido en cierta medida a su relación con el Alcaudón. Cada uno formulará su deseo pero sólo uno podrá ser concedido….

Las historias de cada peregrino son a cada cual más interesantes y variopintas. Es increíble la imaginación que tiene Dan Simmons. Maravillada me he quedado. Si alguien no se lo ha leído, que se lo lea, que merece la pena. 


miércoles, 7 de septiembre de 2016

Bailando waacking

Hoy tuve mi primera clase de waacking. No supe de la existencia de este baile hasta que estuve mirando academias de baile y los diferentes estilos que ofrecían. Obviamente, tuve que ver videos para ver si los movimientos eran muy bruscos o no (dicho esto, ni se me pasa por la cabeza hacer break dance). Y resultó que me veía capacitada a hacer un poco el “ridículo” en clase. Aunque, bien mirado, tampoco fue para tanto la cosa porque sólo éramos tres alumnas. Y la clase empezó con muy buen pie porque cuando entramos en la sala sonaba Jamiroquai...

Antes de seguir: ¿dónde nació el waacking? Pues el waacking surgió en los años 70 dentro de la comunidad gay de California.

Como una imagen (en este caso, video) vale más que mil palabras, aquí tenéis una muestra del baile, de un video que he cogido al azar de internet. Seguro que los hay muchos mejores.


Sobre todo, lo importante es el movimiento de los brazos y las muñecas, por encima de los hombros y hacia atrás. Me recuerda un poco al grupo Locomía, salvando la distancia, por supuesto. Vamos, que viendo a esta gente moverse así uno igual piensa que es fácil pero yo me he dado cuenta de que lo de la coordinación no va mucho conmigo. En cualquier caso, habiendo sido el primer día, no voy a ser muy crítica conmigo misma, que lo importante en realidad es pasarlo bien. Y no descoyuntarse, claro, que en el calentamiento casi se me queda tiesa la pierna derecha.

Pues nada, a seguir practicando con los brazos (las piernas no tienen tanto misterio) hasta la semana que viene.